
SAN JOSE PRO-CATEDRAL
1. Oremos diariamente al Espíritu Santo
Lo más probable es que dirijas la mayoría de tus oraciones a Dios o a Jesús. Durante este tiempo de preparación para tu Confirmación, empieza a incorporar el Espíritu Santo a tu día. Puede ser tan sencillo como despertarte por la mañana y decir: «Ven, Espíritu Santo». O puedes encontrar una oración como esta para recitarla a diario.
Ven, Espíritu Santo, llena los corazones de tus fieles. Y enciende en ellos el fuego de tu amor. Envía tu Espíritu y serán creados. Y renovarás la faz de la tierra. Señor, con la luz del Espíritu Santo has instruido los corazones de tus fieles.
Con el mismo Espíritu, ayúdanos a saborear el bien y a gozar siempre de tu consuelo. Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor. Amén.


2. Elija sabiamente a su patrocinador
Puede ser tentador elegir a alguien “genial” para que sea tu patrocinador, pero en esta situación busca a alguien que sea más que simplemente alguien divertido con quien pasar el rato.
Elige a una persona que veas viviendo su fe y asistiendo a misa con regularidad. Asegúrate de que sea alguien con quien te sientas cómodo haciendo preguntas sobre la fe o pidiendo consejos sobre situaciones de la vida.
3. Encuentra un santo con el que te conectes
Nuevamente, no te quedes sólo con los santos populares que todos los demás eligen o con un santo con un nombre que suene realmente genial.
Dedica tiempo a orar sobre esto ("Señor, guíame hacia un santo") y estudia algunas vidas de santos. Encuentra a alguien con quien te sientas identificado.



4. Haga que sus horas de servicio sean significativas
La mayoría de las veces, el servicio es parte del requisito para hacer su Confirmación, pero incluso si no es requerido por su Parroquia, encuentre tiempo para hacer algo por su cuenta.
No te apresures a cumplir este compromiso ni busques maneras fáciles de ganar horas. Invierte tiempo en un proyecto de servicio que te ayude a crecer en el Señor.
5. Vaya a confesarse
Si no se ofrece a través de su programa de Confirmación, asegúrese de ir a Confesión antes del día de su Confirmación.
Para recibir la plenitud de los dones de la Confirmación, es necesario estar en estado de gracia, es decir, libre de pecado.


6. Esté atento a todo lo que va a suceder
Probablemente repasarás la logística varias veces en tus clases, pero tómate unos minutos para ti mismo para realmente visualizar lo que va a suceder.
El Obispo orará para que el Espíritu Santo te derrame sobre ti. Esto ocurre cuando el Obispo extiende sus manos sobre ti. Le pide al Espíritu Santo que te conceda los mismos dones que recibieron María, los Apóstoles y todos los santos que te precedieron. Imagina cómo se siente recibir el Espíritu Santo.
Serás ungido con aceite. Lee lo que dice el Catecismo al respecto. «…el aceite es signo de abundancia y alegría; purifica (la unción antes y después del baño) y fortalece (la unción de atletas y luchadores); es signo de sanación, ya que alivia contusiones y heridas; y te hace radiante de belleza, salud y fuerza». Piensa en todo lo que significa este aceite: Recibes alegría, eres purificado de tu pecado, fortalecido, sanado de heridas y dolores del pasado, y eres embellecido en Cristo. Deja que el poder de esto penetre en ti.
Estás sellado con el Don del Espíritu Santo. Esto debería brindarte gran consuelo y una sensación de protección. Estar sellado significa estar "asegurado, cerrado con llave, atado con cerrojo". Estás encerrado en el Espíritu Santo. Eso significa que, una vez confirmado, estás seguro para siempre en el Espíritu Santo.
Darás y recibirás la señal de la paz. Este aspecto del Sacramento nos ayuda a recordar la importancia de nuestra comunidad. Juntas, la Iglesia es el Cuerpo de Cristo. Tú eres parte de él. Nos animamos, apoyamos y nos elevamos mutuamente en nuestro camino al Cielo.
7. Que este sea el comienzo de tu camino de fe.
La confirmación es el comienzo de tu camino de fe. Es hora de que des un paso al frente y tomes las riendas de tu vida espiritual. Tus padres, padrinos y otros líderes espirituales podrán guiarte, pero debes ser tú quien tome la iniciativa para crecer en la fe. Reza a diario, asiste a misa, lee libros espirituales y toma decisiones que reflejen tus valores cristianos. Encontrar un grupo de jóvenes al que asistir puede ayudarte mucho a aprender a vivir tu fe. Puede parecer difícil, pero recuerda que al ser confirmado, recibes todas las herramientas y los dones necesarios para vivir la vida cristiana.
Si estás dispuesto a abrir tu corazón para recibir todo lo que Dios quiere para ti en este Sacramento, tu vida se llenará de la alegría del Señor. El Catecismo es muy claro sobre los efectos que la Confirmación tendrá en ti:
“Nos da una fuerza especial del Espíritu Santo para difundir y defender la fe con la palabra y la acción como verdaderos testigos de Cristo, para confesar con valentía el nombre de Cristo y para no avergonzarnos nunca de la cruz:
Recuerden, pues, que han recibido el sello espiritual, el espíritu de sabiduría y entendimiento, el espíritu de recto juicio y valentía, el espíritu de conocimiento y reverencia, el espíritu de santo temor en la presencia de Dios. Conserven lo que han recibido. Dios Padre los ha marcado con su signo; Cristo el Señor los ha confirmado y ha puesto su prenda, el Espíritu, en sus corazones. (CIC 1303)
Un agradecimiento especial a Catholic Link